Camino Corona de los Cuervos en Jaca (Huesca, España). Foto cortesía de M.S. Trullén. |
Por Gundhramns Hammer
20 de enero de 2015
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Entre lo que nosotros los humanos (Homo insapiens) consideramos sagrado y lo que de verdad es sagrado hay una gran diferencia.
Digamos lo que digamos, nos aferremos a lo que nos aferremos en nuestra necedad y terquedad por sentirnos especiales cuando no lo somos, lo sagrado no es lo que nosotros inventamos, creamos o construimos, por ejemplo, las religiones, los templos, las imágenes y bustos de dioses o santos sanguinarios o borregos para estafar o atraer a la gente para chuparles su sangre, o los monumentos de héroes y heroínas ficticias, inventados para cohesionar y colisionar a las masas de ganado humano y poder controlarlas mejor en los chiqueros (países) manejados por los megachupacabras en control del planeta.
Eso no es. No.
Lo sagrado es lo que nos sustenta y sujeta, el fondo de todo lo que nos da vida: el oxígeno del aire, el agua, el suelo, los frutos y las semillas que son imprescindibles para nuestra existencia en este maravilloso planeta donde nos encontramos de huéspedes.
Por lo tanto, considerando que son los árboles y las algas los que nos dan el oxígeno, entonces éstos sí de verdad que son sagrados.
No los consideramos sagrados porque somos una pandilla de monos desnudos (Homo insapiens) folladores e imbéciles que solamente ponemos adelante de la carreta todo lo que sale de nuestras putas manos, sólo lo que parimos o sólo lo que cagamos, cuando debería ser todo lo contrario.
Ecce nuestro gran problema.
El problema de nuestro sistema económico chupacabrero actual es que la Naturaleza gira alrededor de nuestra puta economía cuando debería ser todo lo contrario: nuestra puta economía debería y debe girar alrededor de la Naturaleza.
En otras palabras, la Naturaleza debe ser el centro. Ella debe ir adelante de la carreta y no como lo hacemos hoy en día. Siempre ponemos a la Naturaleza por detrás de nuestra ridícula efímera carreta.
¡Ay! pero… Somos tan “inteligentes”!
Primero echamos al río toda la mierda que se nos antoja y después cogemos su agua ensuciada y envenenada y nos ponemos a “purificarla” para luego beberla (Video 1).
Primero utilizamos el océano de vertedero de todo tipo de desechos desde plasticos (Video 2) y mierda (Video 3) hasta bidones con residuos radioactivos (Videos 4-5) y después nos comemos el pescado contaminado. Y además exigimos que este pescado esté "sano", "fresco" e "inmaculado".
Primero modificamos genéticamente a los microbios para hacerlos extremadamente mortíferos en el laboratorio para las guerras (armas biológicas) y después cuando se nos escapan o los utilizados en los conflictos bélicos nos vemos en un tremendo apuro social, político y económico para contenerlos para que no nos jodan.
Primero promovemos, unos años después de habernos enzarzado en cruentas guerras "civiles", lo que conveniente y ridículamente la élite chupacabra llama “ecoturismo” o “turismo sostenible” cuando y donde los turistas de vida insostenible han viajado cientos o miles de kilómetros en vehículos o aviones tirapedos tóxicos sólo para hacer y tener al final de cuentas una retahíla de fotos para presumir entre sus amigos.
Y después, tenemos otro problema. Bien sabemos que los muy hijos de puta cacos utilizan astutamente este río revuelto del “ecoturismo” o “turismo sostenible” para la venta o el intercambio de la cocaína y otras drogas por efectivo en los bares, hoteles y la playa o irse de putas o pedofilear mientras aparentan andar por allí disfrazados de “bioturistas” o “ecoturistas”.
Además, frecuentemente, los pobres son echados de sus terrenos a la orilla del mar para hacer paso a los complejos "ecoturísticos" de los narcos o empresarios lavanderos. Y en el proceso, también muchos bosques y manglares son destruídos.
O de lo contrario, la especulación de las tierras alrededor de las ciudades son tragadas por intereses oscuros para construir lujosos complejos de apartamentos y edificios fantasmas, que están vacios la mayor parte del año.
Estos negocios inmobiliarios lavanderos le restan sostenibilidad a las ciudades en un futuro no muy lejano.
Primero explotamos artefactos nucleares en la atmósfera de la Tierra, lo que los geofísicos denominan "high altitude nuclear explosions" (explosiones nucleares de alta altitud) o por sus siglas en inglés, HANEs (Rodher et al., 2006), para averiguar el funcionamiento del campo magnético de la Tierra para propósitos bélicos o geoestratégicos (e.g., Starfish Prime) o con el fin de controlar las bandas de radiación ("radiation belt remediation" o remediación de bandas de radiación; Rodher et al., 2006) durante las tormentas solares, y después nos quedamos preocupados qué hacer con el aire cargado y contaminado de partículas radioactivas.
Primero construimos y nos inundamos a nosotros mismos con aparatos electrónicos para masturbarnos los sesos y después no sabemos dónde zampar los cacharros desechados repletos de residuos tóxicos (e-basura).
Es costumbre, muy lamentable por cierto, enviar esta e-basura a los países pobres, para que se jodan y luego nos jodemos todos (Video 6).
Y así sucesivamente, vamos de locura en locura.
Entonces, no nos extrañemos que así estemos tan jodidos, intoxicados, envenenados y llenos de cáncer y cargando a cuestas las hemorroides (internas o externas).
No nos extrañemos que nosotros los humanos seamos la causa de la 6ª extinción masiva ante la cual nos enfrentamos.
No nos extrañemos que ya tengamos unos hongos comegente o devoradores de carne de humanos (Zygomycetes, Mucorales: Apophysomyces elegans) fuera de control pululando por allí en las corrientes de aire levantados por el viento en las factorías de animales y que son capaces de comer la carne viva de nuestros cuerpos.
Dicen algunos expertos que ciertas cepas de estos hongos Apophysomyces elegans resistentes a los antibióticos seguramente han sido accidentalmente creadas en las explotaciones intensivas de ganado (CAFOs) de ganado (Video 7), o factorías de pollos (Video 8), pavos, cerdos, etc., donde se utilizan cualquier cantidad de antibióticos y hormonas para mantener “sanos” a los animales allí prensados (Video 9).
Este hongo (Apophysomyces elegans) normalmente se encuentra en los troncos de árboles en descomposición o el suelo. Pero en las factorías de animales, estos hongos son sometidos a presiones evolutivas por los residuos de antibióticos. El resultado es un hongo capaz de devorar a los humanos y que el viento o el agua puede llevar miles de kilómetros más allá desde su punto de origen.
Basta que haya una pequeña herida para que los hongos Apophysomyces elegans penetren en tu cuerpo y te invadan y coman tu carne.
Los médicos, si tienes la suerte de que sean de los buenos y no de los pícaros y estafadores, deberán hacer todo lo posible por salvar tu pellejo insostenible y pueda que ninguna medicina en sus manos sea capaz de parar estos hongos, pues son extremadamente resistentes a los antibióticos.
Si estos hongos te infectan, tendrás tu propio infierno mientras sufres de dolor y ver cómo caen los pedazos de tu carne necrotizada al suelo (Fig. 1).
Si ha llegado tu Hora, morirás de Fascitis Necrotizante Zygomicótica (Lakshmi et al., 1993) o severa Mucormicosis o Zygomicosis (Rohan et al., 2001).
Si sobrevives el ataque de los elegantes hongos Apophysomyces elegans, quedarás amputado, remendado e inmunológica y psicológicamente deprimido.
No nos extrañemos que estemos jodidos, ante una tremenda crisis ecológica. Sin mencionar otras crisis (sociológica, económica, psicológica, etc.)
Estamos ante una Apocalipsis antropogénica, lenta pero segura.
En fin, el proceso es histórico. Mientras no tiremos por la ventana el bagaje filosófico estúpido antropocéntrico de los antiguos “sabios” comesesos en cuanto a cómo vemos y tratamos a la Naturaleza y a sus hijos no humanos, entonces, a pesar de las cada vez más sofisticadas tabletas electrónicas para pajearnos los sesos y y otros inventos que nos esclavizan (voluntariamente) con deudas interminables, iremos de peor en peor ecológicamente, entre otros problemas.
¡Ay!… Somos tan “inteligentes”!
Fuck!
Mon Capitaine, ¿qué somos nosotros los humanos?
Mon ami, la palabra humano proviene etimológicamente del PIE dhgem que significa estiércol, mierda, sin espíritu.
¡Somos la mierda del planeta! Y nos portamos como tal en la Tierra, mon ami.
Ya es hora que dejemos de mirarnos nuestro puto ombligo, mon ami.
Podemos comenzar hoy mismo con los árboles, mon ami. ¡Los Árboles son sagrados!
¡Los Árboles son sagrados! Indiscutiblemente, mon ami.
Dedicatoria
Dedicamos este artículo a la memoria de los dos gigantes árboles de Chopo (Populus nigra), hermanos de Don Chopo quien (si le damos persona jurídica a empresas chupópteras privadas o públicas por qué no a un árbol) sigue aún vivo y fuerte, que fueron abatidos no por el viento y los años sino por la mano del hombre (Homo insapiens), el día miércoles 14 de enero de 2015 en la calle Albareda en Jaca (Huesca, España). En otra ocasión escribirémos al respecto.
Referencias
Lakshmi V., Sudha Rani T., Sharma S., Mohan V.S., Sundaram C., Rao R.R. & Satyanarayana G. (1993). Zymomycotic necrotizing fasciitis caused by Apophysomyses elegans. J. Clin. Microbiol., 31 (5): 1368-1369.
Rodger C.J., Clilverd M.A., Ulich T., Verronen P.T., Turunen E. & Thomson N.R. (2006). The atmospheric implications of radiation belt remediation. Ann. Geophys., 24: 2025-2041.
Rohan P., Gardam D.J., & Heath C.H. (2001). Severe cutaneous mucormycosis (Zygomycosis) due to Apophysomyses elegans. ANZ J. Surg., 71: 184-186.
Digamos lo que digamos, nos aferremos a lo que nos aferremos en nuestra necedad y terquedad por sentirnos especiales cuando no lo somos, lo sagrado no es lo que nosotros inventamos, creamos o construimos, por ejemplo, las religiones, los templos, las imágenes y bustos de dioses o santos sanguinarios o borregos para estafar o atraer a la gente para chuparles su sangre, o los monumentos de héroes y heroínas ficticias, inventados para cohesionar y colisionar a las masas de ganado humano y poder controlarlas mejor en los chiqueros (países) manejados por los megachupacabras en control del planeta.
Eso no es. No.
Lo sagrado es lo que nos sustenta y sujeta, el fondo de todo lo que nos da vida: el oxígeno del aire, el agua, el suelo, los frutos y las semillas que son imprescindibles para nuestra existencia en este maravilloso planeta donde nos encontramos de huéspedes.
Por lo tanto, considerando que son los árboles y las algas los que nos dan el oxígeno, entonces éstos sí de verdad que son sagrados.
No los consideramos sagrados porque somos una pandilla de monos desnudos (Homo insapiens) folladores e imbéciles que solamente ponemos adelante de la carreta todo lo que sale de nuestras putas manos, sólo lo que parimos o sólo lo que cagamos, cuando debería ser todo lo contrario.
Ecce nuestro gran problema.
El problema de nuestro sistema económico chupacabrero actual es que la Naturaleza gira alrededor de nuestra puta economía cuando debería ser todo lo contrario: nuestra puta economía debería y debe girar alrededor de la Naturaleza.
En otras palabras, la Naturaleza debe ser el centro. Ella debe ir adelante de la carreta y no como lo hacemos hoy en día. Siempre ponemos a la Naturaleza por detrás de nuestra ridícula efímera carreta.
¡Ay! pero… Somos tan “inteligentes”!
Primero echamos al río toda la mierda que se nos antoja y después cogemos su agua ensuciada y envenenada y nos ponemos a “purificarla” para luego beberla (Video 1).
Video 1. Tratamiento de aguas con mierda.
Primero utilizamos el océano de vertedero de todo tipo de desechos desde plasticos (Video 2) y mierda (Video 3) hasta bidones con residuos radioactivos (Videos 4-5) y después nos comemos el pescado contaminado. Y además exigimos que este pescado esté "sano", "fresco" e "inmaculado".
Video 2. Océanos de plástico.
Video 3. Aguas negras vertidas al océano en Antofagasta, Chile.
Video 4. Vertido de residuos radioactivos en el océano.
Video 5. Toxic Somalia.
Primero modificamos genéticamente a los microbios para hacerlos extremadamente mortíferos en el laboratorio para las guerras (armas biológicas) y después cuando se nos escapan o los utilizados en los conflictos bélicos nos vemos en un tremendo apuro social, político y económico para contenerlos para que no nos jodan.
Primero promovemos, unos años después de habernos enzarzado en cruentas guerras "civiles", lo que conveniente y ridículamente la élite chupacabra llama “ecoturismo” o “turismo sostenible” cuando y donde los turistas de vida insostenible han viajado cientos o miles de kilómetros en vehículos o aviones tirapedos tóxicos sólo para hacer y tener al final de cuentas una retahíla de fotos para presumir entre sus amigos.
Y después, tenemos otro problema. Bien sabemos que los muy hijos de puta cacos utilizan astutamente este río revuelto del “ecoturismo” o “turismo sostenible” para la venta o el intercambio de la cocaína y otras drogas por efectivo en los bares, hoteles y la playa o irse de putas o pedofilear mientras aparentan andar por allí disfrazados de “bioturistas” o “ecoturistas”.
Además, frecuentemente, los pobres son echados de sus terrenos a la orilla del mar para hacer paso a los complejos "ecoturísticos" de los narcos o empresarios lavanderos. Y en el proceso, también muchos bosques y manglares son destruídos.
O de lo contrario, la especulación de las tierras alrededor de las ciudades son tragadas por intereses oscuros para construir lujosos complejos de apartamentos y edificios fantasmas, que están vacios la mayor parte del año.
Estos negocios inmobiliarios lavanderos le restan sostenibilidad a las ciudades en un futuro no muy lejano.
Primero explotamos artefactos nucleares en la atmósfera de la Tierra, lo que los geofísicos denominan "high altitude nuclear explosions" (explosiones nucleares de alta altitud) o por sus siglas en inglés, HANEs (Rodher et al., 2006), para averiguar el funcionamiento del campo magnético de la Tierra para propósitos bélicos o geoestratégicos (e.g., Starfish Prime) o con el fin de controlar las bandas de radiación ("radiation belt remediation" o remediación de bandas de radiación; Rodher et al., 2006) durante las tormentas solares, y después nos quedamos preocupados qué hacer con el aire cargado y contaminado de partículas radioactivas.
Primero construimos y nos inundamos a nosotros mismos con aparatos electrónicos para masturbarnos los sesos y después no sabemos dónde zampar los cacharros desechados repletos de residuos tóxicos (e-basura).
Es costumbre, muy lamentable por cierto, enviar esta e-basura a los países pobres, para que se jodan y luego nos jodemos todos (Video 6).
Video 6. Los países ricos llenan de e-basura a los países pobres.
Y así sucesivamente, vamos de locura en locura.
Entonces, no nos extrañemos que así estemos tan jodidos, intoxicados, envenenados y llenos de cáncer y cargando a cuestas las hemorroides (internas o externas).
No nos extrañemos que nosotros los humanos seamos la causa de la 6ª extinción masiva ante la cual nos enfrentamos.
No nos extrañemos que ya tengamos unos hongos comegente o devoradores de carne de humanos (Zygomycetes, Mucorales: Apophysomyces elegans) fuera de control pululando por allí en las corrientes de aire levantados por el viento en las factorías de animales y que son capaces de comer la carne viva de nuestros cuerpos.
Dicen algunos expertos que ciertas cepas de estos hongos Apophysomyces elegans resistentes a los antibióticos seguramente han sido accidentalmente creadas en las explotaciones intensivas de ganado (CAFOs) de ganado (Video 7), o factorías de pollos (Video 8), pavos, cerdos, etc., donde se utilizan cualquier cantidad de antibióticos y hormonas para mantener “sanos” a los animales allí prensados (Video 9).
Video 7. Una factoría de vacunos (CAFO, concentrated animal feeding operation o operación concentrado de alimentación de animales).
Video 8. Una factoría de pollos.
Video 9. Una factoría de cerdos.
Este hongo (Apophysomyces elegans) normalmente se encuentra en los troncos de árboles en descomposición o el suelo. Pero en las factorías de animales, estos hongos son sometidos a presiones evolutivas por los residuos de antibióticos. El resultado es un hongo capaz de devorar a los humanos y que el viento o el agua puede llevar miles de kilómetros más allá desde su punto de origen.
Basta que haya una pequeña herida para que los hongos Apophysomyces elegans penetren en tu cuerpo y te invadan y coman tu carne.
Los médicos, si tienes la suerte de que sean de los buenos y no de los pícaros y estafadores, deberán hacer todo lo posible por salvar tu pellejo insostenible y pueda que ninguna medicina en sus manos sea capaz de parar estos hongos, pues son extremadamente resistentes a los antibióticos.
Si estos hongos te infectan, tendrás tu propio infierno mientras sufres de dolor y ver cómo caen los pedazos de tu carne necrotizada al suelo (Fig. 1).
Figura 1. Fotografía de una infección de mucormicosis causada por el hongo Apophysomyces elegans. Fuente: Rohan et al. (2001). |
Si ha llegado tu Hora, morirás de Fascitis Necrotizante Zygomicótica (Lakshmi et al., 1993) o severa Mucormicosis o Zygomicosis (Rohan et al., 2001).
Si sobrevives el ataque de los elegantes hongos Apophysomyces elegans, quedarás amputado, remendado e inmunológica y psicológicamente deprimido.
No nos extrañemos que estemos jodidos, ante una tremenda crisis ecológica. Sin mencionar otras crisis (sociológica, económica, psicológica, etc.)
Estamos ante una Apocalipsis antropogénica, lenta pero segura.
En fin, el proceso es histórico. Mientras no tiremos por la ventana el bagaje filosófico estúpido antropocéntrico de los antiguos “sabios” comesesos en cuanto a cómo vemos y tratamos a la Naturaleza y a sus hijos no humanos, entonces, a pesar de las cada vez más sofisticadas tabletas electrónicas para pajearnos los sesos y y otros inventos que nos esclavizan (voluntariamente) con deudas interminables, iremos de peor en peor ecológicamente, entre otros problemas.
¡Ay!… Somos tan “inteligentes”!
Fuck!
Mon Capitaine, ¿qué somos nosotros los humanos?
Mon ami, la palabra humano proviene etimológicamente del PIE dhgem que significa estiércol, mierda, sin espíritu.
¡Somos la mierda del planeta! Y nos portamos como tal en la Tierra, mon ami.
Ya es hora que dejemos de mirarnos nuestro puto ombligo, mon ami.
Podemos comenzar hoy mismo con los árboles, mon ami. ¡Los Árboles son sagrados!
¡Los Árboles son sagrados! Indiscutiblemente, mon ami.
Dedicatoria
Dedicamos este artículo a la memoria de los dos gigantes árboles de Chopo (Populus nigra), hermanos de Don Chopo quien (si le damos persona jurídica a empresas chupópteras privadas o públicas por qué no a un árbol) sigue aún vivo y fuerte, que fueron abatidos no por el viento y los años sino por la mano del hombre (Homo insapiens), el día miércoles 14 de enero de 2015 en la calle Albareda en Jaca (Huesca, España). En otra ocasión escribirémos al respecto.
Referencias
Lakshmi V., Sudha Rani T., Sharma S., Mohan V.S., Sundaram C., Rao R.R. & Satyanarayana G. (1993). Zymomycotic necrotizing fasciitis caused by Apophysomyses elegans. J. Clin. Microbiol., 31 (5): 1368-1369.
Rodger C.J., Clilverd M.A., Ulich T., Verronen P.T., Turunen E. & Thomson N.R. (2006). The atmospheric implications of radiation belt remediation. Ann. Geophys., 24: 2025-2041.
Rohan P., Gardam D.J., & Heath C.H. (2001). Severe cutaneous mucormycosis (Zygomycosis) due to Apophysomyses elegans. ANZ J. Surg., 71: 184-186.
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