La
luz del alba se reflejó en las hojas de los abedules
y
ellas comenzaron a brillar estremeciéndose tiernamente.
¡Estoy
enamorado de esta Tierra infinitamente, hasta las lágrimas!
¡Sostengo
todo sobre las palmas de Mis manos y lo acaricio!
¡Acaricio
los árboles y beso a las flores!
¡Los
abrazo calentándolos y nutriéndolos con Mi Amor!
¡Tú
también ama a la querida naturaleza
comprendiendo
que todo esto es la Creación de Dios!
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