Por Licda. Milagros S. Trullén
15 de abril de 2015
En estos días cálidos de primavera, cuando vuelvo del trabajo por la avenida
Jacetania admiro las diminutas flores que crecen en la muralla histórica de la ciudad. Hoy estaba admirando estas florecillas, cuando de repente la brisa ha traído a mi rostro las gotas de un liquido
apestoso que salía de la mochila fumigadora de un jardinero. El
liquido era dirigido a las flores!
-Señor son unas
flores preciosas! Realmente hay necesidad de eliminarlas?
El jardinero ha
mirado a las flores como si fuera la primera vez que las
descubriera... no ha sabido que responder, y ha seguido calle arriba,
con su mortal mochila a hombros, en busca de más plantitas
indefensas.
Pasaba en ese
momento una amiga y no he podido más que desahogar mi comprimido
corazón con ella. Y mirando las flores tampoco ha entendido que
molestia podía haber para que esas indefensas flores fueran
eliminadas.
Mientras que en Jaca este tipo de plantas de muros son destruidas, en otras ciudades como Hong Kong, donde tienen una magnifica gestión de la flora urbana, son protegidas.
Al llegar a casa
he visto en la portada del Pirineo Aragonés la noticia del “Día del Arbol” en Jaca. Parece que el sábado día 11 de abril, se
plantaron varios árboles en la ciudad.
Mientras lo leía
recordaba los dos chopos que hace poco fueron derribados en la calle
Albareda de la misma ciudad! También me ha venido la imagen de los
chopos que hace un año fueron talados, sin ningún motivo serio, a la
orilla del río Gas.
Creo que todos
los días se debería celebrar el “día del árbol” o mejor aún
el “día de la flora” para que todos los seres vegetales queden
protegidos. Todos los días dan su oxigeno, su sombra y su belleza.
Todos los días se debería plantar y también cuidar los ya
crecidos!
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